


Verónica González


Encontrar la base de maquillaje ideal puede parecer una misión imposible. A veces compras una base que luce ideal en la tienda física y, al llegar a casa, ¡sorpresa! Demasiado clara o anaranjada. Pero tranquila: en este artículo aprenderás cómo saber tu tono de base y tu subtono de piel, para que tu maquillaje se vea natural, fresco y radiante.


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Antes de lanzarte a probar diferentes tonos de base de maquillaje, hay algunos conceptos clave que te ayudarán a acertar desde el principio. Conocer tu tono de piel y tu subtono hará que elegir tu tono de base sea mucho más fácil:
El tono es el color general de tu piel: puede ser claro, medio u oscuro, y puede variar ligeramente a lo largo del año dependiendo de la exposición al sol o tu rutina de cuidado de la piel.
El subtono, en cambio, es la “temperatura” natural de tu piel. No cambia, aunque te broncees o pierdas color. Puede ser frío, cálido o neutro, y es lo que determina si una base de maquillaje se ve armoniosa o totalmente fuera de lugar.
Piensa en el subtono como el filtro invisible que define si te favorecen más los matices dorados, rosados o neutros.
Tu tono de piel es lo primero que verás al mirarte al espejo. Generalmente, se clasifica en tres grupos:
Piel clara: tiende a sonrojarse fácilmente y puede quemarse con el sol.
Piel media: se broncea con facilidad y suele tener matices beige o dorados.
Piel oscura: mantiene el bronceado por más tiempo y tiene una variedad de tonos profundos y cálidos.
Identificar en qué grupo estás, te servirá como punto de partida para encontrar la base de maquillaje que te favorece más.
Aquí es donde entra el toque más personal. Tu subtono de piel es lo que marca la diferencia entre una base que se funde con tu rostro y otra que no.
Frío: si tu piel tiene una tendencia a rosado, azulada o violácea. Las bases con matices rosados te favorecerán más.
Cálido: si notas un reflejo dorado o amarillo en tu piel, perteneces a este grupo. Las bases con matices dorados o melocotón te harán ver radiante.
Neutro: si no notas predominancia ni rosada ni amarilla, estás en equilibrio. Puedes jugar con diferentes opciones según la temporada o el tipo de luz.
Identificar si tienes subtono cálido, subtono frío o subtono neutro es el paso clave para lograr un maquillaje que fluye con tu piel y una piel radiante.
Porque es la diferencia entre un maquillaje ideal y uno que no se integra bien con tu piel. Cuando conoces tu tono de piel y tu subtono, evitas errores comunes como usar una base demasiado clara u oscura.

Además, consigues un acabado más natural y uniforme, que realza el glow natural de tu rostro y logra que tu corrector, tu labial y el resto de tu rutina de cuidado de la piel se vean más armoniosos.
Y, si te maquillas con luz natural, notarás que la base de maquillaje ideal se adapta como una segunda piel.
Ahora que sabes la teoría, veamos cómo descubrir tu subtono de piel con pruebas súper sencillas que puedes hacer desde casa:
Mira las venas del interior de tu muñeca con luz natural:
Si se ven verdes, tienes un subtono cálido.
Si son azules o moradas, tu subtono es frío.
Si no distingues bien y parece una mezcla, probablemente tengas un subtono neutro.
Así de sencillo. Si tus venas son verdes y destacan más, tu piel tiende al dorado; por lo tanto, las bases con matices amarillos te sentarán de maravilla
Prueba joyas doradas y plateadas frente al espejo, con luz natural:
Si el dorado te favorece, tu subtono es cálido.
Si la plata resalta más, eres un subtono frío.
Si ambas te quedan bien, eres un subtono neutro.
Un consejo: hazlo sin maquillaje para notar el reflejo que realmente se produce sobre tu piel.
Piensa en cómo reacciona tu piel al sol:
Si tu piel se broncea fácilmente, tienes un subtono cálido o neutro.
Si tiendes a quemarte o enrojecerte, probablemente eres un subtono frío.
No olvides protegerte siempre con protector solar, incluso cuando te broncea el sol sin darte cuenta.

Aquí viene la parte divertida: encontrar tu tono de base ideal. Para ello, te daremos los siguientes consejos en función de tu subtono:
Opta por bases con matices rosados o azulados. Algunas marcas tienen opciones específicas para pieles con subtono frío.
Haz la prueba aplicando la base en la línea de la mandíbula o el cuello, y asegúrate de que se funda con tu piel.
Busca bases con matices amarillos, dorados o melocotón. Estos tonos complementan los tonos naturales de tu piel y logran un efecto luminoso.
El truco: prueba el producto con luz natural y observa si “desaparece” en tu piel. Si es así, ¡has encontrado tu tono de base ideal!
Tienes la suerte de poder jugar con diferentes matices. Puedes usar tonos ligeramente rosados o amarillos, según la temporada o tu bronceado.
A veces, el equilibrio ideal se logra mezclando dos bases. Este truco lo aplican los maquillistas profesionales para conseguir un acabado uniforme y natural.
¡Sí! Es totalmente válido. De hecho, muchas personas lo hacen cuando su piel cambia con las estaciones o cuando quieren un efecto más personalizado. Mezclar una gama de tonos ayuda a lograr un color ideal sin tener que depender de un solo producto.
Sin duda. Aunque aciertes con el tono, una alta cobertura puede verse artificial si buscas un aspecto natural. Para un día a día, una cobertura ligera o media es más versátil y te permite retocar fácilmente. Reserva las bases de alta cobertura para eventos o sesiones de fotos donde quieras un maquillaje perfecto.
Elegir la base de maquillaje ideal es entender tu piel: su tono, su subtono y su tipo. Una vez que los conoces, todo encaja.

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